Hallochen,
pues pasaron las rebajas como ciclón huracanado pasa, dejando en vez de árboles caídos y pavimento levantado, camisas arrugadas y chalecos desdoblados. No sé si realmente este año ha afectado la crisis en demasía, supongo que sí, pero lo cierto es que la etapa fuerte de rebajas sólo ha durado una semana. Entre el día 7 y días posterioris, aparte de currar unas interminables 8 horas diarias, la gente arrasaba y no daba tiempo material a levantar la tienda. Parecía más una batalla de Rambo contra mil chinos que un servicio de atención al cliente en una tienda.
Pero todo acabó...
La semana siguiente fue demasiado tranquila, rozando el aburrimiento con un poco de hastío. Y esta semana que comienza hoy, se debate en las dudas de si me renovarán en ZARA (que no lo creo), en qué haré ahora para continuar en Sevilla (debo de echar algunos currículos al menos para mantenerme) y la pena de volver a dar un pasito atrás de unos 90 kms.
No sé... también en estos días vuelven a aullar gatas en el tejado, pero sigo sin volver a oir los aullidos que quiero... los arañazos aún duelen.
No hay muchas novedades más, ayer estuve con Cinta y Carlos en una paella en Gines en casa de María y fue una buena tarde. Estoy en York hasta el miércoles, luego a Sevilla a buscar un cable a tierra.
"dame sólo una semana para decidir qué hago con el resto de mi vida" (ayúdame tú C bola negra).
grandes mis hermanos mutantes
1 comentario:
yo lo veo claro.
Vente pa' Madrid
Publicar un comentario